Somontano


El Somontano de Barbastro, denominación oficial de una comarca de la provincia de Huesca, tiene sus orígenes en la división comarcal de Aragón, proceso iniciado con la Ley 10/1993, de 4 de noviembre, de Comarcalización de Aragón. El Somontano, sin más, es el nombre que desde mucho tiempo atrás dieron sus habitantes a las tierras situadas al pie de la Sierra de Guara y sus estribaciones más orientales como la Sierra de Sevil. El diccionario de la Real Academia de la Lengua define “somontano” como:

somontano, na. (De somonte). 1. adj. Dicho de una región o de un terreno: Situado al pie de una montaña. U. t. c. s. 2. adj. Natural del Alto Aragón. U. t. c. s. 3. adj. Perteneciente o relativo a esta región situada en las vertientes de los Pirineos.

y define a su vez “somonte” como:

somonte. (De so3 y monte). 1. m. Terreno situado en la falda de una montaña. de ~. 1. loc. adj. Basto, burdo, áspero, al natural y sin pulimento. Hombre, paño de somonte. 2. loc. adj. Dicho del mosto: Que aún no se ha convertido en vino.

El jueves 13 de enero de 2000, Jorge Marín publicó un artículo en La Vanguardia titulado Dando la hora al mundo. En el primer párrafo del artículo, Marín escribió: “Muchos han sido los países que han celebrado la entrada del año 2000, pero si alguno tenía motivos más que justificados para hacerlo era sin duda Inglaterra, sede del Observatorio Naval de Greenwich, que marca la línea del meridiano cero, que establece el tiempo solar medio y del que puede decirse, por tanto, que da la hora al mundo”.

A raíz del artículo de Jorge Marín, sentí la curiosidad de conocer los lugares de paso del Meridiano de Greenwich y adquirí las veintiuna hojas del mapa de España a escala 1:50.000 del Servicio Geográfico del Ejército pertenecientes a la columna del Meridiano de Greenwich de la cuadrícula en que la colección divide el territorio del estado (de la 30-08 a la 30-28). Así constaté que el meridiano que parte el mundo en dos mitades y determina la longitud 0º entra en el estado español en las inmediaciones del Pico de la Espalda de Marboré, en el Pirineo Central y surca, de norte a sur, las provincias de Huesca, Zaragoza, Teruel, Castellón y Alicante antes de dirigirse al norte del África.

Poco después de este primer contacto con el paso del meridiano por nuestro país, tuve ocasión de visitar la comarca del Somontano, en Huesca. Los paisajes austeros, los cielos dilatados y la proximidad del Pirineo me decidieron a volver con una cierta asiduidad y con los años, he tenido la suerte de disponer de casa en el pueblo de Estada, 11km al norte de Barbastro.

Sabiendo de la presencia del meridiano en la comarca, ha sido inevitable que mis incursiones fotográficas hayan tomado, en ocasiones, esa línea imaginaria como escenario. De un trabajo inicial con pretensiones monográficas, he pasado a un deambular despreocupado utilizando el conocimiento de la posición del meridiano como un juego sin otra ambición que tener la excusa de ir a un lugar que de otro modo, posiblemente no visitaría. Como muestra de este coleccionismo de lugares, he seleccionado veinte imágenes tomadas en los últimos cinco años no más allá de los primeros cinco minutos a ambos lados de la posición teórica de la línea imaginaria.

La variedad de imágenes que surgen de esta propuesta me remite al desconocimiento que solemos tener del entorno más inmediato. Al verlas en el visor, el paisaje del Somontano toma una dimensión distinta de la que estoy acostumbrado a percibir en mis visitas a la comarca. La suma de “momentos” no equivale a cada uno de ellos. La fotografía y los  medios de exhibición de la misma, tienen el poder de concentrar y unir instantes inconexos en el tiempo de la misma forma que el trazado de una línea imaginaria sobre el terreno unió para siempre unos lugares sin que ellos mismos ni sus habitantes fuesen conscientes de ello.

Las torres de defensa nos hablan del paso, a veces hostil, de otras civilizaciones. Las iglesias, ermitas y capillas son muestras de una religiosidad ligada, en otros tiempos, a una forma de entender la organización de la sociedad y la distribución territorial. El esfuerzo del hombre por comunicarse se refleja en puentes y caminos. Los muros de contención, las casetas en el campo, los sembrados, los olivos y los almendros explican sin necesidad de palabras el trabajo incansable por sacar rendimiento a una tierra no siempre generosa. Las ruinas evocan el trabajo interrumpido y las ilusiones perdidas. Los pozos-fuente y los azud son monumentos a la tenacidad por el dominio necesario del agua. Finalmente, la meteorología y la amenaza de tormenta expresan a la vez la belleza de los grandes paisajes y nuestra fragilidad como habitantes.

Citaba Jorge Marín en su artículo del año 2000: “…dio lugar a la necesidad de estipular un meridiano inicial que sirviera de base para el cálculo. El problema era fácil en teoría, pero en la práctica se hacía difícil encontrar un meridiano que reuniera suficientes argumentos a su favor para obtener una aceptación universal. Se sugirieron los meridianos de Roma y Jerusalén por razones religiosas o sentimentales; se habló de la Gran Pirámide de Egipto, a causa de la antigua creencia de que había sido erigida por inspiración divina, y se señaló la isla de Hierro en las Canarias de su destacada posición oceánica. Pero la decisión final fue de carácter práctico. La larga lista de observaciones astronómicas realizadas en Greenwich, la publicación desde 1767 del Almanaque Náutico, mundialmente famoso por su alto grado de precisión y en el que figuran todas las posiciones astronómicas referidas a Greenwich, y la extensión del poderío mercante británico fueron, entre otras, las causas principales que hicieron que en la Conferencia Internacional de Washington de 1884 se reconociera universalmente al meridiano de Greenwich como meridiano inicial”.

El Meridiano de Greenwich se utiliza, además, como referencia cartográfica para determinar la posición de un punto sobre el planeta; la Latitud del punto se mide respecto del Ecuador sobre el meridiano que pasa por dicho punto y la Longitud, sobre el paralelo que pasa por el punto y con origen en el Meridiano de Greenwich. Esto no fué siempre así y en la lucha por el protagonismo derivado de las supremacías territoriales y económicas, el meridiano de referencia utilizado por los distintos países priorizó su propia posición en el globo terrestre a una lógica de unificación.

Así que el Somontano, cuando todavía no era una comarca en el sentido administrativo del término, compitió, sin saberlo, con Roma, Jerusalén, la Gran Pirámide de Egipto, la isla del Hierro y una larga lista de lugares del planeta por “tener” una presencia en el mundo conocido. La elección de Greenwich como referencia para el Meridiano 0º le otorgó ese privilegio. He omitido de forma voluntaria la utilización de topónimos que ubiquen las imágenes de la proyección. Un territorio ligado para siempre por el Meridiano 0º a los esfuerzos del hombre por explorar el planeta, merece el esfuerzo de exploración de los nuevos visitantes y que cada cual descubra su propio Somontano.

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