Lo Bueno se Hace Esperar


Portada_Camera
Portada de la revista Camera correspondiente al Nº7 del año 60 de publicación, en Julio de 1981.

Inicio con este post la nueva sección del blog Photoengraving dedicada al fotograbado. Para empezar de alguna forma, explicaré los orígenes de mi interés por esta técnica.

Mis inicios en fotografía se remontan a 1976 y la decisión de hacer de la Fotografía mi actividad profesional, a 1979. En 1981, en plena etapa de aprendizaje y descubrimiento de técnicas, procedimientos, estilos y autores, cayó en mis manos un número de la revista Camera que se editaba en Suiza. Camera era una revista básicamente dedicada a la presentación de porfolios de imágenes y entrevistas a fotógrafos de cierta relevancia. Recuerdo que compré el ejemplar porque me atrajo la imagen de la portada de Brett Weston, hijo de Edward Weston.

Hojeando la revista, me llamó la atención una imagen de naturaleza con un aspecto algo distinto al de una fotografía convencional, es decir, sobre soporte de papel fotográfico argéntico. Las reproducciones de la revista eran muy buenas y esa imagen, al margen de su belleza de contenido, tenía algo que la hacía diferente. Por el texto supe que el autor era un tal Jon Goodman, joven fotógrafo norteamericano. En él se explicaba que la imagen publicada era la reproducción de un fotograbado. Tengo que confesar que tuve que buscar información en la sección de Artes Gráficas de la biblioteca (en 1981 no sabíamos siquiera que existiría una cosa que se llamaría Internet) para saber exactamente qué era un fotograbado.

JonGoodman
Reproducción de un fotograbado de Jon Goodman publicado en la revista Camera de Julio de 1981.

En la revista, Jon Goodman explicaba que estudió Fotografía en Estados Unidos y al terminar la carrera viajó a Europa con una beca para conocer la técnica del fotograbado. Goodman sentía interés por esta técnica después de conocer de su existencia desde los orígenes de la Fotografía durante un curso en el Center for Photographic Studies de Louisville, en Kentuky.

Una vez en Europa, visitó talleres de gravado en Alemania y en Suiza, dos de los países europeos con más tradición en las técnicas de impresión. En Genève pasó cuatro meses en el Centre Genevois de Gravure Contemporaine, donde finalmente pudo aprender la técnica del fotograbado de la mano de Daniel Divorne, fundador del centro. Posteriormente perfeccionó la técnica en el Atelier de Taille-Douce de Saint Prex, cerca de Laussanne, también en Suiza.

Este interés inicial quedó en mi caso en el cajón de las cosas pendientes y mi dedicación a la fotografía profesional primero y a la docencia en la Universitat Politècnica de Catalunya después, siguieron aplazando el ponerme a ello. Aún así, el fotograbado reaparecía de vez en cuando como en 1996, durante un viaje a Estados Unidos, en el que tuve ocasión de contemplar por primera vez estampaciones originales de imágenes de Paul Strand. La impresión la había realizado un tal Jon Goodman para la Editorial, revista y galería Aperture de Nueva York.  Todavía hoy en la página web de la Aperture Foundation se muestra un timeline de la evolución de la revista y las publicaciones de la fundación. En el apartado del año 1980 se puede leer:

“… Aperture launches its Photogravure Workshop with master gravure printer Jon Goodman. The press, in Hazel Strand’s home, fulfills Paul Strand’s wish that his photographs be reproduced by hand-pulled photogravure, a technique also favored by Alfred Stieglitz and Edward Steichen but no longer widely used.”

Este “… but no longer widely used”, los nombres de los fotógrafos interesados en que su obra fuese presentada en este formato y la insistente reaparición del nombre del grabador Jon Goodman han sido un incentivo más para considerar la posibilidad de practicar esta técnica. Finalmente, el pasado 2013, ante mi ya inminente jubilación, empecé a hacer planes para sacar definitivamente el fotograbado de ese cajón de asuntos pendientes.

Como ahora ya disponemos de Internet, no resultó difícil tener más información de la que uno puede digerir fácilmente. De la búsqueda resultaron diversos aspectos distintivos de la técnica entre los que resaltaría dos. El primero, que el procedimiento es extremadamente complejo y quizá por ello no he tenido ocasión en Internet de encontrar más que unos pocos practicantes cuyos resultados sean comparables o mejores a la calidad de los procedimientos argénticos del fine printing del Siglo XX, al menos hasta donde es posible percibir en una pantalla de ordenador. Esto vaticina un camino nada fácil, aunque ya se sabe que las cosas buenas merecen un esfuerzo.

El segundo aspecto relevante es que con el paso de los años y sobre todo, con la aparición de la posibilidad de obtener fotolitos positivos por medios digitales, esta técnica se ha diversificado en varias opciones que incluyen el uso de foto-polímeros sensibles a la luz UV que permiten una manipulación algo menos tóxica y también, al menos en principio, más fácil de estandarizar. De hecho, existe una corriente de practicantes de grabado en sus diferentes modalidades, no sólo el fotograbado, cuya elección de técnica se basa en lo que se denomina Grabado No Tóxico o Non Toxic Printing. Al margen de estas consideraciones, los trabajos de fotograbado de Josephine Sacabo, Keith Taylor, Susan Voss, Valerie Schmit&Patrick Wagner o el mismo Jon Goodman, son una muestra de las posibilidades de esta técnica. Por otra parte, esta digitalización parcial del procedimiento debería contribuir a una mejora de los resultados.

Después de digerir toda la información posible y como las cosas hay que aprenderlas de los que las saben, hice una búsqueda en Internet de cursos o talleres al respecto y después de muchas vueltas encontré una oferta en el Atelier Genevois de Gravure de Genève. Éste es el nombre desde 1999 del antiguo Centre Genevois de Gravure Contemporaine fundado por Daniel Divorne donde se formó el antes mencionado Jon Goodman.

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Pruebas de fotograbado realizades durante el taller en el Atelier Genevois de Gravure.

Al encontrarlo todavía activo después de tantos años, no pude resistir la tentación y me inscribí en el taller de Photogravure au photopolymère avec morsure, impartido por uno de los grabadores del Atelier, el profesor Pablo Osorio. Ahora, ya de vuelta con un buen número de anotaciones y algunas primeras pruebas ya impresas, empieza el largo camino que siempre hay entre la idea de hacer algo y la obtención de un resultado que uno se atreva, como mínimo, a mostrar. Veremos cuanto tiempo ha de pasar para que las dificultades técnicas dejen paso a la siempre reconfortante sensación que se tiene cuando se ve una imagen terminada y con las características y la calidad que uno imaginó ya antes de captarla con la cámara. Como suele decirse, Continuará…

 

 

3 Replies to “Lo Bueno se Hace Esperar”

  1. Ets perseverant, segur alguna cosa molt interesant sortira de tot auxò. Et felicito per ser tant inquiet.

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