
En varias entradas de este blog he hablado de calidad de imagen, de los parámetros que la determinan y de los métodos para evaluarla. Las tres entradas más visitadas del blog, aparte de la página de presentación, son Display Pixel Size, Image Quality of Photographic Cameras y Imágenes Estenopeicas (I) – Teoría, con 1952, 1942 y 1198 visitas respectivamente, a día de hoy. La entrada con más comentarios, debate y también una de las más visitadas, cuarta en la clasificación con 1156 visitas, es Nikon D800 y D800E, en la que se discute acerca de las posibles ventajas y/o inconvenientes que tiene la incorporación de un filtro anti-aliasing sobre el sensor y las implicaciones que se derivan del tamaño de los foto-receptores. Aunque las comparaciones entre el grado de aceptación de estas cuatro entradas debería ponderarse en función del tiempo que llevan publicadas en el blog, el interés por estos temas, al menos en comparación con otros, está fuera de toda duda. La sospecha de que las entradas en inglés pueden tener una mayor audiencia potencial, en referencia a los dos primeros casos citados, queda invalidada por el número de visitas de la tercera y la cuarta.
Tratándose de un blog mayoritaria aunque no exclusivamente dedicado a la Fotografía, puede deducirse que la Calidad de Imagen preocupa a un gran número de fotógrafos, sean profesionales o no. Si la imagen digital ha democratizado la Fotografía y ha permitido el crecimiento de la fotografía amateur, también y a tenor de las posibilidades de medida directa que presenta la imagen digital, ha impulsado el debate acerca de la calidad proporcionada por los objetivos y las cámaras disponibles en el mercado. Numerosas páginas web se centran en el análisis y comparación de los instrumentos fotográficos por métodos de medición objetivos . En este sentido, las pruebas realizadas por fotógrafos profesionales, desde un punto de vista práctico pero subjetivo, están perdiendo terreno frente a las medidas instrumentales (ver Cifras Publicadas de Calidad de Imagen). Ello representa un gran cambio respecto la época foto-química en que las pruebas publicadas por la mayoría de revistas especializadas eran más opiniones que verdaderas pruebas. No es difícil encontrar numerosos foros de debate acerca de la conveniencia o no de comprar tal o cual equipo, de equipar la cámara con tal o cual objetivo.
No seré yo quien critique esta actitud que, bien entendida, debería ser un elemento distintivo de esta nueva etapa de la tecnología fotográfica. La evolución tecnológica añadida a la facilidad para comprobar la calidad conseguida, deberían permitir un avance sin precedentes en la calidad final alcanzada por el conjunto de fotógrafos. Si existe una preocupación por la calidad de los instrumentos que adquirimos que no se basa sólo en el riesgo a efectuar una mala inversión, debería en paralelo, existir una preocupación por la parte de la calidad de imagen que no depende directamente del equipo. No me estoy refiriendo solamente a la calidad estética, sino a la parte de la calidad que depende del procesado de la imagen en el ordenador. A nadie se le escapa que del mismo modo que en el laboratorio foto-químico se ejecutaban una serie de operaciones de control del contraste local en un ámbito denominado fine printing, las imágenes digitales pueden y casi siempre deben ser procesadas para exprimir todo el potencial del sistema de sensor electrónico.
Y aquí es donde las cosas no parecen ir por el mejor camino. La imagen de cabecera de este post, un clásico de Ansel Adams, es un buen ejemplo del reto solucionado por el llamado Sistema de Zonas formulado por el fotógrafo americano. Se trata de una imagen tomada con un único negativo en blanco y negro sobre placa de vidrio que, adecuadamente expuesta en la cámara, correctamente procesada y laboriosamente copiada sobre papel en blanco y negro de alta calidad, permite incluir en una sola toma un rango dinámico superior al admisible por el material sensible si no se aplica el mencionado Sistema de Zonas y el posterior Fine Printing. Omito voluntariamente cualquier consideración de índole estética para no entrar en el terreno de lo opinable. Desde el punto de vista técnico y dado que he tenido la suerte de observar en directo la copia sobre papel, puedo afirmar que se trata de un producto final excepcionalmente bueno y que a pesar de haber sido realizado en 1942, sigue siendo un referente válido en la actualidad sobre dónde está situado el listón. Aquel que quiera observar de cerca y en directo el tipo de calidad a la que me estoy refiriendo, puede tratar de visitar la exposición que sobre el fotógrafo americano se muestra en el National Maritime Museum de Londres hasta el próximo 28 de Abril de 2013 (tiempos de easyJet, tripadvisor y booking).
Buscando imágenes de “paisaje” en Google aparece en la primera página la imagen que muestro a continuación, el mismo Grand Teton y el mismo Snake River de Ansel Adams. Tanto en esta imagen como en las siguientes omitiré los datos del autor porque se trata sólo de ejemplos de lo que creo constituye una nueva corriente de Todo, Rápido y Mal. Al margen que la imagen es una copia sin más del encuadre de Ansel Adams, lo que más me preocupa es que al autor le ha pasado totalmente desapercibido el rigor de ejecución de Ansel Adams. Las flechas en azul señalan la presencia de una mezcla de artefactos de la compresión del archivo y de la máscara de enfoque aplicada (hacer click sobre la imagen para ver una versión ampliada). Aunque estos artefactos puedan ser consecuencia de un sistema automatizado de inclusión de imágenes en web, el autor la mantiene visible sin más preocupación, de tal modo que el meritorio esfuerzo de mantener información de textura en el bosque a contraluz, queda comprometido por el problema mencionado, visible incluso sin ampliar la imagen.
Lo mismo puede decirse del crepúsculo con perfil de montañas que se muestra debajo. Las flechas amarillas señalan un exceso de algoritmo de mejora de bordes (hacer click sobre la imagen para ver una versión ampliada). La aberración cromática lateral del objetivo (TCA) colorea además el artificio en las zonas laterales de la imagen, con lo que se hace aún más visible y ajeno al contenido de la escena.
Este hábito o despreocupación está tan extendido que curiosamente, en la página web de un pintor puede verse la siguiente imagen que muestra uno de sus cuadros al óleo. Las flechas en rojo indican la presencia del mismo borde sobre-enfocado que en las imágenes anteriores (hacer click sobre la imagen para ver una versión ampliada); el círculo gris tapa la firma del pintor. Aquí cabe preguntarse si el pintor ha pintado realmente el borde sobre-enfocado al copiar de una imagen fotográfica de baja calidad o su presencia es debida a la cámara y el procesado de imagen de la reproducción.
Otra cosa es el caso de la siguiente imagen. En ella podemos ver una cascada de agua azul. Todos sabemos que el agua se define como un líquido, incoloro, inodoro e insípido. El azulado se debe en este caso a un cielo azul despejado encima del paisaje que tiñe la escena con una dominante que a mi modo de ver, desvirtúa el contenido de la escena. Aunque la dominante azulada existe en la realidad a causa de la reflexión del cielo azul en la masa líquida, nuestra percepción visual la corrige automáticamente y no “vemos” el agua azul cuando nos encontramos ante la cascada. Aquí podríamos hacer una chiste fácil con el nombre de un Parador de Turismo de la Costa Brava, el Parador de Aiguablava. También podríamos iniciar un debate sobre si hay que corregir o no este tipo de dominantes. En todos los manuales de Fotografía de Paisaje, al menos desde el uso habitual de la película en color a mediados del pasado Siglo XX, se recomendaba el uso de un filtro Sky Light 1A de la escala Wratten en el objetivo para minimizar los efectos de la dominante azulada en las imágenes tomadas en día despejado a la sombra. Había por lo tanto un cierto acuerdo sobre la necesidad de corregir este tipo de dominantes, al menos por lo que se refiere a la fotografía documental.
Hoy podemos evitar comprometer la calidad del objetivo de nuestra cámara con una superficie de cristal ajena a su diseño original. No debemos hacer otra cosa que “neutralizar” la dominante con una de las numerosa herramientas disponibles en los ajustes de la propia cámara o en el programa de procesado de imagen posterior. Esto es lo que se ha hecho con la versión corregida que se presenta a continuación.
Resulta también interesante observar como no sólo el agua es ahora más neutra y acorde con la memoria visual que solemos tener de una cascada natural, sino que la corrección aplicada ha afectado también al color de las rocas, las hojas y el musgo. Suponiendo que nuestro criterio estético no esté de acuerdo con esta afectación, no tenemos porque asumirla. La corrección de la dominante azulada del agua se puede llevar a cabo de forma selectiva mediante una Máscara de Capa manual o automatizada a través de una Umbral o una Selección por Gama de Color. El caso no pasaría de ser una anécdota o una más de los centenares de miles de imágenes defectuosas que circulan por el ciberespacio, si no fuese porque está tomada de una página web donde se anuncia un Curso de Postgrado Universitario impartido por “prestigiosos profesionales”.
No quisiera ahondar en la herida de un caso desafortunado porque todos cometemos errores. La imagen no tiene porque ser una muestra representativa del conjunto del curso pero sí quiero hacer hincapié en esta displicencia que se va instalando de forma paulatina pero inexorable. Es por eso que me sorprende el interés por los temas técnicos, siempre arduos y complejos. Es probable que los autores de las imágenes que he mostrado como ejemplo no formen parte de este colectivo interesado que se intuye a través de las visitas a las entradas más técnicas del blog, pero tampoco podemos olvidar que quién tomó la imagen de la puesta de Sol sobre el Grand Teton y el Snake River conocía forzosamente la obra de Ansel Adams y que el autor de la fotografía de la cascada de agua se siente autorizado a transmitir a los demás su conocimiento sobre el tema. Cuando un atleta se entrena, siempre es consciente de dónde han dejado otros el listón. Ésa es quizá la única crítica que me atrevo a hacerles a ambos, no preocuparse de conocer dónde está el listón.
Personalmente se donde esta el listón pero muchas veces cometo el error de pensar que nuestros instrumentos técnicos hacen todo el trabajo. A veces con esto de la fotografia pasa como el que compra un ferrari lo tiene en el garege y no lo sabe utilizar (cuantos mas caballos mejor VS cuantos más megapíxels mejor). Aunque es bonito tener un ferrari en el garage para enseñarlo a los amigos; Las cámaras no sirven de nada tenerlas si con ellas no consigues buenas fotos. …
En esta sociedad consumista en que nos movemos, nos venden cámaras milagrosas que hacen fotos que uno tiene en la mente con un solo clic. El sotware cambia también y nos volvemos locos por la última versión. Los objetivos que no deverían de cambiar tanto también lo hacen. En algunos posts de aficionados una optica que hace sólo dos años era la mejor del mundo ahora no es nada comparada con el nuevo modelo que acaba de salir y curiosamente lo que acaba de salir nunca es malo. Antes una optica buena siempre era buena ahora ya no sabes que pensar. La gente piensa que si ya no la hacen es porque no es tan buena como las actuales aunque todos sabemos que esto no siempre es asi…..Todo es una locura.
Cual es el liston de Anselm Adams? El trabajo, la disciplina, la lentitud, el conocer tu material aunque sea viejo y tenga sus limitaciones porque el material como las personas tiene sus cosas negativas y positivas y cabe potenciar estas últimas con el buen hacer. El buen hacer es siempre la inistencia, la perseverancia, la paciencia y la autoexigencia.
Muchas gracias Carles por recordar que nunca debemos olvidar la lección de estos grandes maestros como Anselm Adams y como has demostrado aunque la técnica nos lo ponga más fácil muchas veces hacemos las cosas peor.
Gracias a tí, Joan. Como tu dices, “El trabajo, la disciplina, la lentitud,… la inistencia, la perseverancia, la paciencia y la autoexigencia.” son el camino a seguir, no sólo por lo que a la Fotografía se refiere.